El 16 de octubre de cada año, se celebra el Día Mundial de la Alimentación, proclamado en 1979 por la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Su finalidad es concientizar a los pueblos del mundo sobre el problema alimentario mundial y fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza. El día coincide con la fecha de la fundación de la FAO en 1945.
Este año se ha elegido como tema para el Día Mundial de la Alimentación (DMA) la protección social, a fin de destacar su importancia para reducir la pobreza rural y garantizar el acceso a los alimentos, o a los medios para comprarlos.
La protección social se puede definir como una gama de soluciones —como el suministro de oportunidades de empleo, alimentos, recursos económicos y servicios— que se utilizan, a menudo combinadas entre sí, para sostener a los grupos vulnerables y ayudar a los miembros pobres de la sociedad a salir del hambre y la pobreza.
La protección social es fundamental no solo porque evita que las personas pasen hambre a corto plazo sino también porque fomenta la producción y proporciona una mayor estabilidad de ingresos a largo plazo, lo cual reduce la inseguridad alimentaria y la pobreza.
En cuanto a la relación que existe entre la protección social y la agricultura, se debe a que según FAO las personas que sufren pobreza extrema y subalimentación crónica en los países en desarrollo viven en zonas rurales. La agricultura constituye una parte importante de sus medios de vida. Sin embargo, la mayor parte de los productores y trabajadores agrícolas en explotaciones familiares se enfrentan a diversos desafíos —como un acceso limitado a medios de producción, insumos y servicios agrícolas—, lo que hace que les resulte difícil aprovechar la producción agrícola como vía para salir de la pobreza.
Los programas de protección social pueden aumentar los ingresos agrícolas, los rendimientos de los cultivos y la productividad ganadera. Son más eficaces cuando están respaldados por intervenciones complementarias tales como el apoyo para la mejora del suelo, la gestión del agua resistente, la mejora del acceso a los mercados y la capacidad de almacenamiento y el acceso a insumos de mayor rendimiento.
Desde Cibic en relación a la alimentación este año realizamos un concurso de dibujos para niños que se llamó “Mi cuerpo se alimenta“. Intentando desde el arte concientizar a los más chicos sobre la importancia de una alimentación saludable. La consigna del mismo fue dibujarse en situaciones cotidianas de alimentación, con su comida preferida y contar que cara ponían cuando comían algo rico. A través de este tipo de eventos Cibic pretende aportar a una mejor calidad de vida con la salud como eje principal.
“Protección social y agricultura para romper el ciclo de la pobreza rural”
Fuente:
www.fao.org
www.who.int/es/