A modo de editorial queremos compartir la siguiente nota realizada a nuestro director general por el diario digital Punto Biz (*). En la misma, el Dr. Oscar Fay habla sobre la evolución de la ciencia, la tecnología y la salud, sus cambios a futuro y el impacto que tendrán en la sociedad.
Oscar Fay plantea que resulta imprescindible usar de un modo más racional Ios avances científicos para optimizar la accesibilidad.
Oscar Fay es un bioquímico de larga trayectoria en investigación, docencia y prevenciones infecciosas. Dirige el laboratorio Cibic de Rosario pero su figura trascendió hasta convertirse en un referente internacional en la temática. A través de su instituto, ha sido un pionero en la aplicación de los avances científicos y tecnológicos para la atención de la salud.
Aunque la revolución de la biotecnología está en sus albores, la dinámica de sus aplicaciones ya pone en vilo a los sistemas y prestadores de salud, por el vértigo de los cambios. En este texto que sigue, Fay evalúa que pautas habrá que aplicar de aquí en más para poner los logros de la ciencia con sus posibilidades de implementación efectiva y las demandas de la población. “Desde la segunda mitad del siglo pasado el impacto de la biología molecular, la inmunología, la microbiología, la informática, la genómica, fueron y son contundentes en cuanto a Ios aportes científico-tecnológicos sobre las ciencias médicas. Hoy tenemos un verdadero arsenal tecnológico, se producen sofisticados instrumentos, cuyo análisis y aplicación de los resultados en sentido práctico, aún deben ser resueltos en términos concretos” y renglón seguido se propone “pensar en qué lugar estaremos en los próximos 25 años”, plantea Fay.
El especialista observa que se imponen nuevos escenarios para el análisis de cara al futuro, por la aparición de fenómenos tales como el crecimiento poblacional, en particular el de la tercera edad y la calidad de vida en equidad. La vida en las grandes urbes genera nuevos problemas como mal nutrición, inactividad física, enfermedades crónicas, adicciones, etc., que sumarán demandas elevadas de tratamiento, prevención, previsión a partir de un uso racional de la genómica, que tendrán alto impacto en la economía.
Por otro lado -relata Fay-, “el incremento de las migraciones y el turismo generarán nuevas demandas, por la re-emergencia de enfermedades olvidadas como la tuberculosis, y desbalances en los programas de inmunización por el entremezclamiento de poblaciones”.
La falta de programas de crecimiento demográfico es otro punto de riesgo a considerar. “Existen generaciones enteras excluidas socio cultural y económicamente en muchos lugares del mundo, y este punto remite a otros factores que son básicamente sociales pero interactúan con la salud, como educación, la inseguridad, la desigualdad social, y la calidad institucional, entre muchas otras, que no tienen la respuesta colectiva”, acota Fay.
Por otra parte, el especialista se pregunta si “la difusión masiva e incontrolada de posibilidades teóricas y la posibilidad de acceso real a soluciones de salud potenciales en término de Salud, no desencadenará en un abismo económico, con una economía incapaz de resolver la accesibilidad justa y equitativa de las nuevas tecnologías para todos los demandantes”.
¿Cómo manejar eso, cuando la información que hoy se dispone en internet ya no parece tener límites?
La difusión debe ser realizada por especialistas en información para la Salud, para evitar demandas irreales y sin rigurosidad científica, lo cual inexorablemente arrastra a realizar gastos innecesarios y mal dirigidos, especialmente en el sector público. Debemos pensar, por ejemplo, que ya hay algunas propuestas avanzadas de medicinas personalizadas o alimentación a medida en determinadas situaciones metabólicas controlables y tienen sustento teórico, pero pensando también en las inversiones que requerirá su implementación deberán hacerse en un marco lógico de demanda.
La ciencia avanza pero los problemas se multiplican.
Ocurre que a medida que avanzamos en la tecnología, más nos distanciamos de Ia posibilidad de acceso económico de la sociedad en su conjunto, a que la gente puede disponer de la misma. Es el talón de Aquiles sobre el que hay que cabalgar con adecuadas innovaciones la dinámica de desarrollo tecnológico actual. Hoy impone preguntarse qué medidas debemos tomar para no quedar en el intento de mejorar nuestra calidad de vida.
(*) Revista Punto Biz. Año 11. Nº 321. Primera Quincena Diciembre 2014. Sección Salud, páginas 26 y 27. www.puntobiz.com.ar