¿Qué es el SIBO (sobrecrecimiento bacteriano)?
SIBO son las siglas en inglés para “small intestine bacterial overgrowth” que significa sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado.
Normalmente el intestino delgado proximal contiene cantidades relativamente pequeñas de bacterias debido a la acción del ácido gástrico, la válvula ileocecal, la acción de las enzimas pancreáticas y la motilidad del intestino delgado.
Cuando existe una disminución de la secreción de ácido por el estómago por cirugía o uso crónico de IBPs (protectores del estómago), cirugía intestinal, divertículos o trastornos motores en el intestino delgado, pueden crecer más bacterias de la cuenta sin producir una verdadera infección, llamándose a esto sobrecrecimiento bacteriano.
Este síndrome se describe por la anómala y excesiva presencia de bacterias en el intestino delgado; y se asocia a síntomas tales como: dispepsia, flatulencia, náuseas, hinchazón y dolor abdominal, fatiga, diarrea y estreñimiento con/sin signos y síntomas de malabsorción intestinal.
Sobre todo, cuando existan factores de riesgo como:
• disminución de la secreción de ácido (uso continuado de Omeprazol, cirugía gástrica, pacientes seniles).
• trastornos motores intestinales (diabetes mellitus, esclerodermia, hipotiroidismo, enfermedad de Parkinson, pseudoobstrucción intestinal).
• divertículos múltiples en el intestino delgado.
• síndrome adherencial tras múltiples laparotomías.
• enfermedad inflamatoria intestinal, sobre todo enfermedad de Crohn y enteritis por radiación (tras radioterapia).
• enfermedades sistémicas que afecten a la inmunidad general o local, como la hipogammaglobulinemia y el déficit de IgA.
• desnutrición.
• uso previo de antisecretores gástricos, corticoesteroides y antibióticos.
Este excesivo número de bacterias no solo disminuye la absorción de nutrientes, minerales como el hierro y vitaminas como la B12, sino que también fermentan y descomponen azúcares en la luz del intestino delgado, formando agua, ácidos y gas, siendo todo esto responsable de los síntomas de esta enfermedad.
Una persona sana, en reposo y en ayunas, no exhala cantidades consideradas de H2 ya que el metabolismo humano no lo produce. El H2 se genera en el lumen intestinal por acción bacteriana sobre los carbohidratos en el intestino delgado o grueso. Una vez que el H2 resultante se difunde en el torrente sanguíneo, se transporta a los alvéolos y luego se puede detectar en el aire espiratorio. El H2 medido en el aire exhalado nos informa sobre la cantidad y la actividad metabólica de los comensales intestinales.
Se demostró la correlación entre la producción de H2 en la luz intestinal y la excreción de H2 en el aire espiratorio. La medición precisa de H2 en partes por millón (ppm) en el aire espirado revela sobrecrecimiento bacteriano.
Un alto grado de sospecha clínica y el test de hidrógeno espirado son necesarios para su diagnóstico.
¿Cómo se realiza el test?
Soplando en un pequeño aparato (Gastro+™ Gastrolyzer®) que analiza el hidrógeno del aliento. Un sistema de muestreo permite tomar muestras de aire exhalado de manera fácil e higiénica, utilizando boquillas desechables de un solo uso.
Se hace una primera medición basal y después de la administración de una sobrecarga de glucosa se miden los valores de H2 en el aire aspirado a los 15, 30, 45, 60, 90 y 120 minutos.
¿Qué preparación se necesita? – Indicaciones preanalíticas.
Las indicaciones preanalíticas son las siguientes, es fundamental insistir en el cumplimiento para que el resultado sea efectivo
• Se requieren 12 a 14 horas de ayuno. Solo puede ingerir agua en este tiempo.
• Permanecer durante 2 horas aproximadamente en el Laboratorio, realizándose toma de muestra a distintos tiempos.
• Los 3 días previos al estudio debe evitar los siguientes alimentos: Granos y cereales, leche y productos lácteos, frutas y verduras, legumbres, aderezos. Se sugiere ingerir en esos 3 días: Pollo, pescado, arroz blanco, huevos, agua.
• No podrá ingerir alimentos ni bebidas durante la prueba. Se recomienda que la última comida ingerida sea liviana y con bajo contenido de fibras.
• Si el paciente lleva prótesis dental, ese día tendrá prohibido utilizar adhesivos.
• Es aconsejable cepillarse los dientes antes de realizar el estudio enjuagando con abundante agua.
• No utilizar enjuague bucal previo al estudio.
• No debe haber recibido tratamiento con antibióticos o laxantes en las últimas 4 semanas.
• No debe realizarse estudios que requieran limpieza colónica (ejemplo colonoscopía) en las últimas 4 semanas.
• Evitar el uso de perfume previo a realizar el estudio.
• No fumar durante y el día previo a la prueba.
En el caso que el paciente no tolere la sobrecarga de glucosa O SEA DIABÉTICO, la prueba debe suspenderse.
Referencias:
1. Ledochowski, M. y Ledochowski, L. (2011) Pruebas de aliento de hidrógeno. 2da Edición edn. Austria: Verlag Akademie für Ernahrungsmedizin GmbH.
2. Eisenmann, A., Amann, A., Said, M., Datta, B. y Ledochowski, M. (2008) ‘Implementación e interpretación de pruebas de aliento de hidrógeno’, Journal of Breath Research
3. Shelley, H., Brennan, M. y Heuschkel, R. (2009) “Prueba de aliento con hidrógeno en niños: ¿qué es y por qué se realiza?”, Gastrointestinal Nursing, 7 (5), págs. 18–27
4.Di Stefano, M. y Corazza, G. R. (2009) “El papel de las pruebas de aliento de hidrógeno y metano en enfermedades gastrointestinales”, Suplementos de enfermedades digestivas y hepáticas, 3 (2), págs. 40-43.
5. Salud pública en Inglaterra. Una evaluación de las eficiencias de filtración contra los desafíos de aerosoles bacterianos y virales Informe No. 17/001. Londres: Public Health England; 2017
6. Katelaris, P., Hunt, R., Bazzoli, F., Cohen, H., Fock, M., Gemilyan, M., Malfertheiner, P., Mégraud, F., Piscoya, A., Quach, D., Vakil, N., Vaz Coelho, L., LeMair, A. (2021) “Directrices mundiales de la Organización Mundial de Gastroenterología Helicobacter pylori”.
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Sección: Atención Bioquímica
Bioq. Pablo Galliano
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