Helicobacter pylori es una bacteria gramnegativa, microaerófila, usualmente espiralada que se encuentra en la superficie luminal del epitelio gástrico. El organismo puede sobrevivir en el ambiente ácido del estómago en parte debido a su actividad de ureasa notablemente alta ya que la ureasa convierte la urea presente en el jugo gástrico en amoniaco alcalino y dióxido de carbono.
La infección suele contraerse en los primeros años de vida y, una vez adquirida, persiste durante toda la vida en la mayoría de los sujetos infectados a menos que se trate. Al menos el 50% de la población humana mundial tiene infección por H. pylori. Su prevalencia aumenta con la edad y con un nivel socioeconómico más bajo durante la infancia y, por lo tanto, varía notablemente en todo el mundo. La prevalencia de H. pylori varía mucho entre los países en desarrollo y los desarrollados, donde la prevalencia entre adultos suele ser de alrededor del 80-90 % y <40 %, respectivamente.
Si bien se desconoce el mecanismo exacto, H. pylori se transmite mayoritariamente por vía oral-oral o fecal-oral. Se sabe bien en la epidemiología de H. pylori que la transmisión ocurre en el entorno familiar y la adquisición tiene lugar principalmente en la primera infancia.
La infección por H. pylori es un cofactor en el desarrollo de tres enfermedades gastrointestinales superiores importantes: úlceras gástricas o duodenales (se informa que se desarrollan en 1 a 10% de los pacientes infectados), cáncer gástrico (en 0,1 a 3%) y linfoma de tejido linfoide asociado a mucosa gástrica (MALT) (en <0,01%). Es una de las causas más importantes de gastritis histológica, enfermedad ulcerosa péptica (PUD) y está fuertemente asociada con neoplasias malignas gástricas.
Debido a la infección por este microorganismo, que puede causar complicaciones, toma especial relevancia clínica el diagnóstico, tratamiento y monitoreo de la evolución de los pacientes.
Los test utilizados para diagnóstico usualmente se dividen en métodos invasivos y no invasivos. Los invasivos incluyen la endoscopía, detección histológica, test del aire espirado, cultivo y métodos moleculares. Los no invasivos comprenden la detección de antígeno en heces, la prueba del aliento y serología.
Las principales ventajas de estos últimos es la forma de obtención de la muestra, ya que no requiere ningún tipo de procedimiento riesgoso para el paciente, la rapidez en el resultado, lo que permite instaurar un tratamiento antibiótico adecuado, la sencillez de la técnica y el menor costo comparado con la detección histológica del microorganismo.
La eficacia de estos ensayos varía de acuerdo con el método de referencia utilizado para confirmar infección por H. pylori, la fuente de antígeno para el ensayo y la población estudiada. Además de esta variabilidad, puede no diferenciarse en todos los casos entre infecciones activas versus pasadas por H. pylori. Por este motivo, la aplicación de métodos invasivos debe ser también llevada a cabo para la confirmación del diagnóstico en caso de ser necesario.
No hay una sola prueba que pueda considerarse el gold Standard para el diagnóstico de H. pylori. Sin embargo, la prueba más adecuada para cualquier situación específica será influida por las circunstancias clínicas, la probabilidad de infección previa a la prueba, así como la disponibilidad y costos de las pruebas diagnósticas individuales.
La prueba de antígeno fecal (FAT) identifica el antígeno de H. pylori en las heces mediante un inmunoensayo que utiliza anticuerpos anti-H pylori preferentemente de tipo monoclonal. Es un método fiable para diagnosticar una infección activa y confirmar un tratamiento eficaz de la infección. Esta prueba arrojó una sensibilidad, especificidad y valores predictivos superiores al 90% antes y después del tratamiento.
Cuando se realizan pruebas para H. pylori en poblaciones con una baja probabilidad de infección previa a la prueba, la FAT brinda mayor precisión que las pruebas serológicas. Los resultados pueden verse afectados por trastornos del tracto digestivo, tratamiento con IBP (inhibidores de la bomba de protones) o la presencia de una úlcera sangrante.
En Cibic Laboratorios actualmente realizamos la detección del Antígeno de H. pylori en materia fecal mediante un test inmunocromatográfico.
Prestaciones disponibles en Cibic Laboratorios:
Referencias:
1- Chey et al. ACG Guideline on the Management of Helicobacter pylori Infection. American Journal of Gastroenterology 2007;102:1808–1825.
2- Kenneth et al. Helicobacter pylori infection. New England Journal of Medicine 2010;362:1597-604
3- Perez-Perez et al. Epidemiology of Helicobacter pylori Infection. Helicobacter 2004; 9(Suppl. 1): 1-6.
4- Gisbert et al. Stool Antigen Test for the diagnosis of Helicobacter pylori infection: a systematic review. Helicobacter 2004;9:347-368. 2
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