La bacteria Chlamydia trachomatis (C. trachomatis) es el patógeno transmitido sexualmente de mayor prevalencia a nivel mundial. La mayor prevalencia se da en la población sexualmente activa de 14 a 25 años, principalmente en las mujeres. Adicionalmente las trabajadoras sexuales y las personas con nuevas o múltiples parejas sexuales tienen un alto riesgo de infección (1). La C. trachomatis puede ser transmitida durante una relación sexual (vaginal, oral o anal) con una pareja infectada. La mujer embarazada infectada puede transmitir la infección al recién nacido durante el parto a través de las secreciones vaginales, siendo el porcentaje de esta transmisión vertical del 50-70%.
En las mujeres, el 75% de las infecciones son asintomáticas. Sin embargo, las infecciones en el tracto genital femenino pueden llevar a la enfermedad inflamatoria pélvica (EPI), cervicitis crónica, endometritis y uretritis. Las complicaciones de estas infecciones incluyen infertilidad, embarazo ectópico, ruptura prematura de placenta e infecciones puerperales, entre otras (2). Sumado a esto, hay estudios que demuestran que la presencia de este agente facilita la transmisión del virus de la inmunodeficiencia humana (HIV) y del virus papiloma humano (HPV) (3). Los niños expuestos a la infección en el nacimiento tienen riesgo de una infección ocular desarrollando conjuntivitis o de una neumonía neonatal, las cuales si no son tratadas pueden persistir por meses o años.
La infección por Chlamydia en el hombre tiene como resultado pocas secuelas y no contribuye significativamente a la infertilidad masculina. Sin embargo, es la principal causa de uretritis no gonocóccica y post-gonocóccica, que puede complicarse por una epididimitis aguda. De este modo, los hombres constituyen un reservorio para la transmisión continua de C. trachomatis a las mujeres (4).
La naturaleza asintomática de la enfermedad hace que no sea fácilmente detectada, provocando una demora en el comienzo del tratamiento, llevando a un incremento en el riesgo de complicaciones y de transmisión a la pareja. Actualmente la CDC (Center for Disease Control and Prevention, EEUU) recomienda un screening anual para todas las mujeres sexualmente activas menores de 25 años o para todas las mujeres mayores de 25 años si presentan riesgo de infección (nuevas o múltiples parejas sexuales y/o no utilización de un método anticonceptivo de barrera) (1).
Un diagnóstico temprano, entonces, es indispensable para evitar serias complicaciones, permitiendo especialmente el comienzo de un tratamiento antibiótico efectivo. La confirmación de la infección usualmente depende de una apropiada toma de muestra y de una prueba de diagnóstico adecuada. El sitio de toma de muestra para el diagnóstico de laboratorio de la infección de C. trachomatis depende tanto del cuadro clínico como de la prueba diagnóstica seleccionada.
Las muestras recomendadas en infecciones del tracto genital involucran el endocervix en las mujeres y la uretra en los hombres. Si se utilizan técnicas de amplificación de ácidos nucleicos altamente sensibles las recomendaciones recientes incluyen muestras vaginales en mujeres y primer chorro de orina en hombres (5). Entre los métodos utilizados en el diagnóstico de C. trachomatis las técnicas moleculares son muy útiles para la identificación del microorganismo dado que el mismo es muy difícil de cultivar. La amplificación del ADN de C. trachomatis mediante PCR es un método mucho más sensible y específico que otras técnicas como la ID y el ELISA, las cuales suelen dar resultados falsos positivos (6).
Determinaciones disponibles en Cibic:
* Modelo de informe:
Detección cualitativa del ADN de Chlamydia trachomatis.
Método: Reacción en Cadena de la Polimerasa en Tiempo Real (Real Time PCR)- Cobas 4800.
Región amplificada: Región del ADN del plásmido críptico y gen ompA del ADN de Chlamydia trachomatis
** Condiciones de transporte:
– Los hisopados endocervicales, vaginales, uretrales o conjuntivales deben colocarse en tubo seco estéril (no debe utilizarse medio RPMI).
– Semen y 1º chorro de orina deben recolectarse en colector estéril.
Las muestras deberán mantenerse refrigeradas a 4ºC hasta su envío.
Días de proceso: lunes y jueves. Recepción de la muestra hasta las 12hs.
Referencias:
1- CDC-Center for Disease Control and Prevention, Sexually transmited disease surveillance. Atlanta, EEUU. 2010.
2- Bebear C et. al. Genital Chlamydia trachomatis infection. Clin Microbiol Infect 15 (1):4-10. 2009
3- Wasserheit JN. Effect of changes in human ecology and behavior on patterns of sexually transmitted diseases, including human immunodeficiency virus infcetion. Proc Natl Acad Sci USA. 91(7): 2430-5. 1994
4- Gaydos CA et. al. Laboratory aspects of screening men for Chlamydia trachomatis in the new millennium. Sex Transm Dis. Nov; 35 (11 Suppl):S45-50. 2008.
5- Versalovic J et al. 2011 Manual of Clinical Microbiology 10th edition, ASM Press, Washington DC.
6- Jalal H et al. The superiority of polymerase Caín reaction over an amplified enzyme immunoassay for the detection of genital chlamydial infections. Sex Transm Infect 82 37. 2006.
Para mayor información o consultas:
Sección: Biología Molecular
Dra. Mariela Sciara. Tel. 0341-4722424. Interno: 225