Los Síndromes Linfoproliferativos Crónicos (SLPC) constituyen un grupo heterogéneo de enfermedades caracterizadas por la expansión monoclonal de células linfoides de aspecto maduro que reflejan las características de distintas subpoblaciones normales de linfocitos maduros. Desde el punto de vista fenotípico y de acuerdo con su origen, los SLPC se clasifican en tipo B, T o NK (1). Entre un 90 y un 95 % de todas las enfermedades linfoproliferativas crónicas de naturaleza neoplásica corresponde a los SLPC- B (2).
Las expansiones de linfocitos B maduros se detectan habitualmente en sangre periférica (SP), médula ósea (MO) y/o los órganos linfoides secundarios, siendo menos frecuente la infiltración de otros tejidos como el sistema nervioso central, la piel y las mucosas, entre otros (1).
Uno de los principales objetivos del estudio fenotípico de estas expansiones de linfocitos de aspecto maduro, consiste en establecer o descartar su naturaleza clonal. Durante muchos años el diagnóstico inmunofenotípico de clonalidad B se ha fundamentado de forma casi exclusiva en la existencia de un exceso de células B que expresan de forma exclusiva en su membrana y/o citoplasma las cadenas livianas de inmunoglobulinas κ o λ (Igκ+ o Igλ+).
No obstante, los avances recientes en el conocimiento de las diferencias fenotípicas existentes entre células B normales y neoplásicas, junto con la disponibilidad de un número creciente de anticuerpos monoclonales, fluorocromos y equipos capaces de medir simultáneamente fluorescencias diferentes, han modificado las estrategias empleadas para la identificación de clonalidad B, convirtiendo a la fenotipificación por citometría de flujo en la técnica de elección para su rastreo diagnóstico.
La inclusión en el proceso de rastreo diagnóstico de clonalidad B, de marcadores dirigidos a identificar las aberraciones fenotípicas más frecuentes en los SLPC-B más habituales, permite alcanzar una gran sensibilidad, que en la rutina diagnóstica se sitúa en niveles de 10-4 – 10-5. Ante estas características, el uso de los análisis multiparamétricos por citometría de flujo se extiende hoy día también al diagnóstico de enfermedad mínima residual.
Entre los antígenos estudiados hasta la fecha, algunos como CD5, CD19, sIg, CD20, CD23 y CD10 se consideran esenciales en la caracterización fenotípica de los SLPC-B. Además, otros antígenos como CD11c, CD22, CD25, CD38, CD79b, CD103, CD305 (LAIR) y FMC7, resultan de gran ayuda en la caracterización específica de algunas entidades. Finalmente, otros marcadores como CD34 y CD45, pueden asimismo contribuir a diferenciar las neoplasias inmaduras de precursores B de los SLPC-B.
En Laboratorio Cibic contamos con un citómetro de flujo que permite la medición de diez parámetros simultáneos: Forward Scatter (tamaño celular), Side Scatter (complejidad celular) y ocho fluorescencias gracias a un sistema de dos láseres, alcanzando una gran sensibilidad.
Prestación disponible en Cibic:
Para conocer las condiciones del paciente, de almacenamiento y de envío de la muestra y otros datos sobre las prácticas consulte al manual de prestaciones y a la extranet.
Referencias:
1. Swerdlow, S.H., Campo E, Harris NL, Jaffe ES, Pileri SA, Stein H, Thiele J, Vardiman JW, WHO classification of tumours of haematopoietic and lymphoid tissues (4th ed). Lyon, France: International Agency for Research on Cancer. 2008.
2. Ravandi, F. and S. O’Brien, Chronic lymphoid leukemias other than chronic lymphocytic leukemia: diagnosis and treatment. Mayo Clin Proc, 2005. 80(12): p. 1660-74.
3. Barrena Delfa, Susana, “Nuevas estrategias inmunofenotípicas aplicadas al diagnóstico y clasificación de síndromes linfoproliferativos crónicos”, Universidad de Salamanca, 2011.
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Sector: Citometría de Flujo
Bioq. María Victoria Schoepf
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