Las infecciones de transmisión sexual (ITS), también conocidas como enfermedades de transmisión sexual (ETS), y antes como enfermedades venéreas, son un conjunto de afecciones clínicas infectocontagiosas que se transmiten de persona a persona por medio del contacto sexual incluidos el sexo vaginal, anal y oral. Sin embargo, pueden transmitirse también por medios no sexuales, como por ejemplo transfusiones de productos sanguíneos, trasplantes, uso de jeringas contaminadas o por contacto con la sangre, y algunas de ellas también pueden transmitirse desde la madre al hijo durante el embarazo y el parto.
Las ITS son causadas por más de 30 bacterias, virus y parásitos siendo ocho las ITS más frecuentes: sífilis, gonorrea, clamidiasis, tricomoniasis, hepatitis B, virus herpes simple tipo 2 (HSV-2), virus de la inmunodeficiencia adquirida (VIH) y virus del papiloma humano (VPH).
Cada día, más de 1 millón de personas contraen una infección de transmisión sexual. Se estima que anualmente, unos 500 millones de personas contraen alguna de las cuatro infecciones de transmisión sexual siguientes: clamidiasis, gonorrea, sífilis o tricomoniasis. Más de 530 millones de personas son portadoras del virus que provoca el HSV2 y más de 290 millones de mujeres están infectadas con el virus del papiloma humano (VPH).
Desde la aparición del SIDA en 1981, primero en hombres homosexuales y en hemofílicos, el virus de la inmunodeficiencia adquirida humana (VIH) empezó pronto a infectar a hombres y mujeres usuarios de drogas intravenosas y posteriormente a parejas heterosexuales, llegando en el año 2006 a casi cuarenta millones de infectados en el mundo entero. Esto demostró cuán fácilmente se pueden propagar las ITS de población en población y de un continente a otro.
Es frecuente el contagio simultáneo de dos o más agentes infecciosos. Por ejemplo, la infección por sífilis aumenta el riesgo de contraer otras infecciones como el VIH. Las ITS más frecuentes en la práctica médica diaria son la gonorrea y la sífilis que no pasan desapercibidas, sobre todo en el sexo masculino, pero la persona que tiene estas afecciones debe saber que en el mismo acto pudo haber contraído otras como las causadas por Chlamydia e infecciones sistémicas como hepatitis y la causada por el VIH que son también frecuentes.
Las poblaciones de alto riesgo y vulnerables a las ITS incluyen a adolescentes, personas con conductas sexuales riesgosas, trabajadores sexuales, hombres homosexuales y consumidores de drogas inyectables aunque todas las personas pueden en mayor o menor medida estar expuestas a su contagio.
Los principales motivos de consulta en los que se debe tomar en cuenta las ITS y los agentes causantes son:
Ulceraciones. Las causas más frecuentes de estas infecciones, por lejos, son: la sífilis causada por Treponema pallidum que en un principio se presenta como chancro o ulceración grande no dolorosa e indurada, y el herpes simple (VHS) ramillete de vesículas que se ulceran, muy dolorosas. En mucho menor frecuencia las causadas por Haemophilus ducreyi (productor del chancroide), Chlamydia trachomatis serovariedades L1, L2, L3 (causales del linfogranuloma venéreo), y más excepcionalmente, Klebsiella granulomatis (antes denominado Calymmatobacterium granulomatis, agente causante de la donovanosis o granuloma inguinal).
Uretritis. La uretritis gonocócica está producida por Neisseria gonorrhoeae. Por la uretra mana abundante pus dorado y hay dolor al orinar. La uretritis no gonocócica (UNG) puede estar causada por diferentes agentes como C. trachomatis, Ureaplasma urealyticum, Mycoplasma genitalium y parásitos como Trichomonas vaginalis. En estos casos de UNG aparece secreción clara con hilos de mucosidad.
Vaginitis. Puede ser causada por Trichomonas vaginalis. La vulvovaginitis con intensa inflamación y prurito suele ser causada por el hongo Candida albicans y en los casos a repetición debe investigarse si el paciente padece de diabetes. Un trastorno ecológico no inflamatorio por disminución de las especies de Lactobacillus y aumento de otros integrantes del contenido bacteriano aeróbico y anaeróbico, es la vaginosis bacteriana, que se caracteriza por flujo fétido, no necesariamente es de trasmisión sexual pero es importante su diagnóstico porque, además de la molestia de la mujer, puede causar ruptura prematura de membranas en el embarazo.
Cervicitis, endometritis, salpinigitis, ovaritis, peritonitis. Cuando la cervicitis es debida a Neisseria gonorhoeae puede ascender, produciendo endometritis, salpingitis, ovaritis y peritonitis primaria en mujeres jóvenes (EIP). Las cicatrices y fibrosis de las trompas de Falopio pueden devenir en esterilidad. La cervicitis puede ser causada también por Chlamydia trachomatis (uno de los agentes de ITS más frecuentes en la actualidad), Ureaplasma urealyticum y Mycoplasma genitalium.
Infertilidad. Esta puede ser causada por los agentes causantes de cervicitis, particularmente por las clamidias.
Enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). También puede ser causada por los agentes causantes de cervicitis.
Lesiones genitales por virus papiloma humano. El virus del papiloma humano, especialmente los tipos 6 y 11, puede causar verrugas y condilomas en pene, vulva y zona perianal. Los tipos 16, 18, 31, 33, 34, 35, 39, 45, 51, 52, 56, 58, 59, 66, 68, y 70 pueden causar cambios displásicos en el epitelio del cuello uterino y devenir en cáncer de endocérvix.
Proctocolitis: Campylobacter, Shigella, Salmonella, Giardia, Ameba histolítica, Criptosporidium parvum (enteritis), N. gonorrhoeae, C. trachomatis, VHS y T. pallidum son capaces de causar rectitis inflamatoria en casos de sexo anal.
Dermatitis y ectoparasitosis. Se debe recordar que la sarna y la pediculosis del pubis (ladilla), causadas por Sarcoptes scabiei y Ptyrius inguinalis respectivamente pueden trasmitirse sexualmente.
Conjuntivitis en el recién nacido. Una madre con blenorragia puede trasmitir al bebé en forma de conjuntivitis debida a N. gonorrheae. Otro agente que produce conjuntivitis y frecuentemente neumonitis en el recién nacido es C. trachomatis.
Exantema (roseola), otras dermatopatías y los condilomas planos, así como aneurisma de aorta, síntomas neurológicos y problemas congénitos en el bebé pueden ser causados también en las distintas etapas de la evolución de la sífilis.
Amigdalitis debida a N. gonorrhoeae y ulceraciones en boca o paladar por T. pallidum.
Ante cada uno de los motivos de consulta enunciados se debe realizar un buen examen clínico y solicitar los diversos estudios de laboratorio para llegar al diagnóstico etiológico, sin olvidar que siempre hay, además del que consulta, por lo menos un paciente más que es su pareja (o parejas) y que la infección puede trasmitirse al hijo.
Enfermedades sistémicas. VIH, hepatitis B y C. Deben buscarse en todo paciente que ha padecido alguna de las ITS.
Prestaciones: Todos los agentes mencionados se pueden investigar en CIBIC por medio de cultivos, métodos inmunológicos, biología molecular y anatomía patológica.
Bibliografía
1- Versalovic J, Carroll KC, Funke G, Jorgensen JH, Landry ML, Warnock DW. Manual of Clinical Microbiology 10th edition ASM Press, Washington 2011.
2- Mandel GL. Enfermedades Infecciosas. Ed Panamericana. Buenos Aires
3- Notario R. Microbiología para el médico. UNR Ed, 2ª ED 2013. Rosario. ISBN 950-673-508-5
4- Geelen TH et al. Performance of Cobas 4800 and m2000 real-time assays for detection of Chalmydia trachomatis and Neisseria gonorroeae in rectal and self-collected vaginal specimen. Diagn Microbiol Infect -.Dis 2013 S0732
5- Nota descriptiva de la Organización Mundial de la Salud Nº110. Noviembre de 2013 http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs110/es/
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Sección: Microbiología
Dra. Noemí Borda, Dra. Claudia Misto
Tel: 0341-4499444 Int: 227