La diarrea es un desorden intestinal caracterizado por evacuaciones blandas o líquidas, frecuentemente acompañadas de molestias abdominales. En las definiciones originales se requería de una frecuencia mayor de tres evacuaciones por día y de un peso fecal superior a 200 gr en 24 horas, sin embargo la mayoría de los pacientes con diarrea, aquejan una disminución de la consistencia fecal como el síntoma predominante.
La diarrea puede ser originada por múltiples enfermedades y su estudio diagnóstico representa usualmente un gran reto para el profesional de la salud debido a la amplia gama de posibilidades etiológicas y al enorme arsenal de pruebas diagnósticas disponibles. A pesar de la gran complejidad de este síndrome en la mayoría de los casos es posible alcanzar el diagnóstico a través de la historia clínica, el examen físico y algunas pruebas de laboratorio básicas. Una de estas pruebas es la que Laboratorio Cibic pone a disposición a partir de marzo del 2015: el Gap Osmótico.
Existen cuatro mecanismos de diarrea: osmótico, secretor, exudativo, secundario a trastornos de motilidad y mixto.
Osmótico: ocurre cuando moléculas solubles en agua son pobremente absorbidas, permaneciendo en el lumen intestinal y reteniendo agua en el intestino. La diarrea osmótica se produce por la ingesta de sustancias osmóticamente activas y se detiene con el ayuno. El volumen de las deposiciones es < 1L por día. Ejemplos: intolerancia a los disacáridos, ingesta de laxantes osmóticos (lactulosa), sales de Mg.
Secretor: el transporte de fluidos y electrolitos es anormal (por ejemplo, el intestino secreta más fluido del que absorbe). No se detiene con el ayuno, el volumen de las deposiciones es >1L por día y su composición es similar a la del líquido extracelular. Ejemplos: enterotoxinas bacterianas, malabsorción de sales biliares, tumores pancreáticos endócrinos secretores del péptido intestinal vasoactivo (VIP), carcinoma medular de tiroides.
Exudativo: la permeabilidad de la membrana celular es anormal, secretando proteínas séricas, sangre o mucus dentro del intestino desde sitios de inflamación, ulceración o infiltración. El volumen de las heces es pequeño y podrían contener sangre. Ejemplos clínicos incluyen patógenos bacterianos invasivos (Shigella, Salmonella) y enfermedad intestinal inflamatoria.
Desórdenes de motilidad: pueden ser de tránsito rápido (el quimo pasa un tiempo inadecuado en contacto con la superficie de absorción) o de tránsito lento (sobrecrecimiento bacteriano).
Mixto: muchos procesos patológicos poseen más de un mecanismo responsable.
El Gap Osmótico es una herramienta utilizada para diferenciar la diarrea entre los dos primeros mecanismos descriptos anteriormente: osmótico y secretor. El paciente debe recolectar materia fecal de 48 a 72 horas en forma ambulatoria. Una vez que la muestra ingresa en el laboratorio se mide la concentración fecal de los electrolitos Na y K en el líquido fecal después de homogeneizar la totalidad del espécimen y centrifugar una alícuota del mismo. Los electrolitos se miden fundamentalmente para calcular el gap osmótico el cual sirve para valorar la contribución que tienen los electrolitos y los “no electrolitos” en la retención de agua en el lumen intestinal.
El Gap Osmótico se calcula mediante la siguiente fórmula:
Osmolalidad fecal – 2 (Na fecal + K fecal)
La suma del Na y K se multiplica por dos para incluir los aniones correspondiente a cada ion. En la diarrea osmótica el gap osmótico es mayor o igual a 100 mOsm/l ya que la retención de agua es producida por los elementos “no electrolitos” del lumen intestinal mientras que en la secretora es menor o igual a 50 mOsm/l, debido a que la retención se produce por el gran exceso de electrolitos en el lumen intestinal.
Prestación disponible en Cibic:
Para conocer las condiciones del paciente, de almacenamiento y de envío de la muestra y otros datos sobre las prácticas consulte al manual de prestaciones y a la extranet.
Bibliografía
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Sección: Producción Bioquímica Clínica
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