Amebas pequeñas de vida libre de los géneros Naegleria, Acanthamoeba y Balamuthia pueden producir infecciones de sistema nervioso, queratitis y cutáneas en seres humanos. Fueron descriptas por primera vez en Australia en 1965 y desde entonces referidas en todo el mundo.
Naegleria fowleri, la única especie infectante del género, causa principalmente meningoencefalitis primaria por ameba (PAM por su nombre en inglés) en niños y hombres jóvenes que nadan, se sumergen o practican saltos en fuentes naturales de agua, especialmente en verano. El aumento global de temperatura provocó casos en zonas donde no habían sido referidos anteriormente. La puerta de entrada es nasal. Al sumergirse la ameba puede ingresar por las narinas, ganar la lámina cribosa, el lóbulo olfatorio, causando necrosis hemorrágica y alcanzando la corteza cerebral. Se presenta como una enfermedad aguda fulminante de comienzo brusco en pacientes previamente sanos que refieren contacto con esas fuentes de agua entre 7 y 10 días antes. Los síntomas son cefalea severa, pico febril, rigidez de nuca, fotofobia y coma pudiendo morir en 3 a 10 días ya que la sobrevida es baja.
La infecciones por varias especies del género Acanthamoeba en cambio causan una enceflaitis granulomatosa crónica, primeramente en personas inmunosuprimidas, debilitadas o con enfermedad crónica. Los síntomas de comienzo insidiosos se caracterizan por cefalea, confusión, mareo, decaimiento, convulsiones e incluso hemiparesia. También puede causar este cuadro Balamuthia mandrillaris. Acanthamoeba polyphaga puede ocasionar también queratitis. Si no es tratada precozmente puede causar ulceración de la córnea, pérdida de la agudeza visual y hasta ceguera. Existe a menudo el antecedente de un traumatismo ocular. El diagnóstico puede hacerse por cultivo del LCR, biopsia cerebral o de material de raspado de córnea. La muestra se conserva a temperatura ambiente hasta su siembra o por menos de 24 h a 4ºC (no congelar). Se efectúa el cultivo en medio no nutritivo de solución salina para amebas con agar, con la superficie cubierta de bacterias de las que la ameba se alimenta. La observación se efectúa con objetivo de bajo aumento. El diagnóstico puede hacerse también por biopsia o buscando anticuerpos séricos.
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Para conocer las condiciones del paciente, de almacenamiento y envío de la muestra y otros datos sobre las prácticas consulte el manual de prestaciones y la extranet.
Bibliografía
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Sección: Producción analítica Microbiología
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