El 12 de marzo del corriente año, un panel de expertos formado principalmente por patólogos, microbiólogos y ginecólogos recomendó de forma unánime a la Agencia de Drogas y Alimentos de EE. UU. (FDA) el uso del test de ADN desarrollado por Roche (cobas 4800) como herramienta de tamizaje para la prevención del cáncer cérvico uterino (CCU). Examen que calificaron como seguro y eficaz.
El CCU es la segunda causa de muerte por cáncer en mujeres, entre los 35 y 64 años, a nivel mundial. En la Argentina se diagnostican alrededor de 4000 casos nuevos por año y mueren 2000 mujeres por esta enfermedad. Está demostrado que el CCU es una consecuencia de la infección persistente por el virus papiloma humano de alto riesgo oncogénico (VPH AR). El mismo es capaz de ser prevenido si se detecta en su estadío precanceroso y se procede a su tratamiento. De allí la importancia de las pruebas diagnósticas empleadas en el screening.
Históricamente, el tamizaje de la displasia celular a nivel del cuello uterino se realizó a través de la citología de material de cuello de útero mediante la Prueba de Papanicolaou (PAP). Aunque la citología cervical ha contribuido enormemente a la reducción de la mortalidad por cáncer cervical, su sensibilidad para detectar lesiones precursoras de cáncer es de aproximadamente del 50%, por lo que se requiere de repeticiones frecuentes para lograr una sensibilidad adecuada (1, 2). Se observó que hasta un tercio de los cáncer cervicales se producen en mujeres con 1 o más PAP negativo durante los tres años anteriores al diagnóstico (3, 4).
Los test de ADN de HPV han demostrado mayor sensibilidad para la detección de lesiones pre-cancerosas y cáncer cervical que la citología, permitiendo el tratamiento antes de llegar a un cáncer invasor (5). Al igual que el PAP, este examen se realiza a partir de una muestra de células del cuello uterino, la cual es procesada por la plataforma cobas 4800, que consiste en un método completamente automatizado lo que permite disminuir el riesgo de error en el proceso.
El principal defecto del test de ADN de HPV es que la mayoría de las personas se infectan por el virus cuando son sexualmente activas, sin embargo más del 80% de estas infecciones, son transitorias, es decir que son controladas por el sistema inmune y se hacen indetectables en aproximadamente 1-2 años (6, 7, 8). Por lo tanto muchas mujeres, particularmente las jóvenes, pueden ser sometidas a mayores exámenes o biopsias que quizás no sean necesarias. Sin embargo, existe un grupo minoritario (aunque numéricamente importante dada la alta circulación viral) de infecciones producidas por tipos de VPH-AR que persisten; éstas son las infecciones que concentran el foco de la atención, ya que tienen una mayor probabilidad de avanzar a una neoplasia intraepitelial cervical 2/3 (CIN2/3). Se estima que el tiempo necesario para progresar a la malignidad, en caso de permanecer sin tratamiento, es de varios años. El pico de incidencia de las lesiones precancerosas ocurre aproximadamente a los 30-40 años y el del CCU cerca de una década después. Por esta razón, los programas de tamizaje están dirigidos a mujeres a partir de los 25-30 años, con el fin de identificar aquéllas portadoras de lesiones precursoras (6, 7, 8).
La metodología desarrollada por Roche contribuye a superar el inconveniente de la alta prevalencia de infecciones transitorios de HPV debido a que detecta específicamente los tipos HPV 16 y HPV 18 responsables del 70% de los cánceres. La tipificación de estos genotipos permite identificar a las mujeres que presentan alto riesgo de CIN 3 o neoplasia cervical invasora y proveer una estratificación del riesgo de utilidad clínica en enfermedad cervical. Las mujeres con infección por estos genotipos deben ser evaluadas a intervalos más cortos, aun en presencia de exámenes citológicos normales. Por otro lado, un resultado negativo del test de ADN de HPV provee intervalos extendidos de bajo riesgo.
En el año 2013, CIBIC incorporó la plataforma Cobas 4800 representando el único laboratorio del interior del país que dispone de esta novedosa metodología.
Determinaciones disponibles en Cibic:
Bibliografía
1- International Agency Cancer for Research in Cancer. Incidence and Mortality Worldwide in 2008 Globocan.
2- Schiffman, M., et al (2007). Human papillomavirus and cervical cancer. Lancet 370 (9590):890-907.
3- Sun. H. Y. et al. (2000) Papanicolaou smear history and diagnosis of invasive cervical carcinoma among members of a large prepaid plan. Cancer 88:2283-9
4- Stuart, G. C. et al. (1997). Review of the screening history of Alberta woman with invasive cervical cancer. CMAJ 157:513-9
5- Ronco et.al. (2010) Efficacy of human papillomavirus testing for the detection of invasive cervical cancers and cervical intraepithelial neoplasia: a randomised controlled trial. Lancet Oncology 11(3): 249-57
6- Muñoz N, Bosch FX, de Sanjose S, et al. Epidemiologic classification of human papillomavirus types associated with cervical cancer. N Engl J Med 2003; 348: 518-27
7- Schiffman M, Castle P. The promise of global cervical-cancer prevention. N Engl J Med 2005; 353: 2101-4.
8- Schiffman M, Castle PE, Jeronimo J, Rodriguez AC, Wachoder S. Human papillomavirus and cervical cancer. Lancet 2007; 370: 890-907.
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Sección: Biología Molecular
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