Las infecciones fúngicas invasoras han ido en aumento en las últimas tres décadas, no solo en número sino en diversidad de los patógenos que las provocan. Estas micosis afectan principalmente a huéspedes inmunocomprometidos por enfermedades oncohematológicas, transplantes, tratamientos prolongados con corticosteroides, entre otras causas (1). Son infecciones muy graves y con una alta tasa de mortalidad, por lo que la detección rápida y la identificación precisa de los patógenos fúngicos suelen ser críticas para el inicio del tratamiento en los primeros estadíos de la infección y para el seguimiento de la terapia antifúngica (2).
En este sentido, los métodos convencionales para el diagnóstico de las enfermedades fúngicas, como el cultivo, son lentos y carecen de sensibilidad. Actualmente los métodos moleculares basados en la detección de ADN o ARN han cambiado la forma de diagnóstico. Entre ellos, la identificación de microorganismos mediante la secuenciación de determinados objetivos moleculares es particularmente útil para la identificación de especies microbianas. Este método requiere, además de un equipamiento específico, el reconocimiento de un blanco molecular lo suficientemente grande para permitir la discriminación entre una gran variedad de microorganismos como es el complejo del ADN ribosomal. En los hongos, este complejo está compuesto por los genes que codifican para los ARN ribosomales 18S, 5.8S y 28S, separados por segmentos genómicos llamados “internal transcribed spacers” (ITS1 y ITS2). Dentro de este conjunto de genes hay secuencias altamente variables que proveen datos únicos para la identificación de las especies y también regiones conservadas que contienen información para dominios estructurales presentes dentro de los distintos grupos de organismos. Esto permite la creación de un sistema de amplificación que utiliza cebadores consenso y una posterior amplificación del producto generado. Posteriormente se realiza un análisis comparativo de esta secuencia desconocida con secuencias conocidas presentes en grandes bases de datos para determinar si existe similaridad con alguna de ellas, lo que podrá llevar finalmente a la identificación de la especie (3).
Prestación disponible en Cibic:
(*) Nota: el tipo de muestra debe corresponder a una colonia aislada o una muestra clínica correspondiente a un sitio normalmente estéril como la sangre, LCR, etc.
Para conocer las condiciones del paciente, de almacenamiento y de envío de la muestra y otros datos sobre las prácticas consulte al manual de prestaciones y a la extranet.
Bibliografía
1. Arechavala A el al. 2008. Nuevas herramientas para el diagnóstico microbiológico. Revista Argentina de Microbiología. 40:1-2
2. Prasanna D et. al. 2009. Sequencing and analysis of fungal rRNA operons for development of broad-range fungal PCR assays. Applied and Environmental Microbiology 75 (6):1559–1565.
3. Iwen PC et al. 2002. Utilization of the internal transcribed spacer regions as molecular targets to detect and identify human fungal pathogens. Medical Mycology 40(1):87-109.
Para mayor información o consultas:
Sección: Biología Molecular
Dra. Mariela Sciara
Tel: 4499444 Int: 225