El trasplante es uno de los avances médicos que representa la única esperanza terapéutica de muchas enfermedades. Sin embargo, existen factores asociados a dicho procedimiento, como los estados de neutropenia y la inmunosupresión, que favorecen la aparición de infecciones. Estas infecciones son una importante fuente de morbilidad y mortalidad en los pacientes trasplantados, tanto de órgano sólido como de progenitores hematopoyéticos.
La adquisición de estas infecciones puede producirse de forma exógena, a través de los órganos del donante (Citomegalovirus, Virus Epstein Barr), mediante transfusión de hemoderivados o bien por exposición en la comunidad (Influenza, Adenovirus). Además de esta vía exógena, la reactivación endógena de virus latentes, es un problema frecuente en los pacientes trasplantados.
Citomegalovirus (CMV)
La infección por CMV es la principal causa de morbilidad y mortalidad de origen viral en pacientes trasplantados.
El CMV puede causar efectos directos o indirectos:
– Los efectos directos incluyen el síndrome viral (fiebre acompañada de neutropenia, trombopenia o alteración de transaminasas) y la enfermedad invasora por CMV, cuyo riesgo se incrementa con la carga viral. Entre los órganos más frecuentemente afectados se encuentran el pulmón, el hígado, el tracto gastrointestinal y la retina, en donde se produce una respuesta inflamatoria responsable del daño tisular.
– Los efectos indirectos son independientes del grado de viremia y resultan de la interacción del virus con la respuesta inmune del paciente. Están relacionados con el rechazo del injerto y la susceptibilidad a infecciones oportunistas.
El manejo apropiado de estos pacientes, depende de la detección temprana y la cuantificación de la viremia, para identificar el riesgo de enfermedad, diagnosticando la infección y determinando la respuesta y duración del tratamiento.
Epstein Barr (EBV)
Luego del trasplante puede sobrevenir la infección primaria (de mayor riesgo en población pediátrica) o la reactivación que puede ser asintómatica en individuos inmunocompetentes pero que puede traer complicaciones en individuos inmunosuprimidos. Ambas se asocian frecuentemente a la enfermedad linfoproliferativa postrasplante (ELPT) la cual incluye a un grupo heterogéneo de trastornos linfoproliferativos que comprenden desde un síndrome mononucléosido inducido por EBV hasta proliferaciones monomórficas muy agresivas. Además, constituye una de las complicaciones más importantes en el paciente trasplantado, ya que la mitad de ellos fallecen dentro del término de un año.
Esta proliferación linfoide aparece como consecuencia de la inmunosupresión instaurada tras el trasplante, que condicionan un descenso en la función de las células T específicas frente al EBV. Esto desencadena una proliferación descontrolada de células B infectadas con el virus. Además de la inmunosupresión, el estado serológico del receptor frente al donante respecto al EBV se ha relacionado con la ELPT.
Los receptores seronegativos que reciben órganos de donantes seropositivos, presentan entre 10 y 50 veces más riesgo de ELPT como consecuencia de una infección primaria por EBV. Es por esto que la mayor incidencia de ELPT se da en población pediátrica.
El riesgo de desarrollar ELPT se asocia con altas cargas virales de EBV en sangre, mientras que la remisión de la enfermedad se correlaciona con su disminución. Es por esto que el monitoreo de la viremia es sumamente importante, tanto en el diagnóstico como durante el tratamiento de ELPT.
Detección cuantitativa de ácidos nucleicos de CMV y EBV por PCR en tiempo real:
La detección cuantitativa de CMV y EBV por PCR en Tiempo Real está siendo utilizada cada vez con mayor frecuencia para el monitoreo de riesgo de enfermedad en pacientes trasplantados. Permite predecir enfermedad y monitorear la respuesta a la terapia antiviral, pudiendo, además, ser utilizada como marcador de resistencia antiviral y reactivación clínica.
Las ventajas de esta determinación para determinar cargas virales residen en su amplio rango dinámico, su bajo límite de detección, alta precisión y exactitud, bajos tiempos de realización, resultando en una técnica con la mejor relación costo-beneficio.
En Cibic, contamos con las siguientes prestaciones para la detección cuantitativa y cualitativa de EBV y CMV por Biología Molecular:
Otras determinaciones disponibles en Cibic para la detección y seguimiento del paciente infectado con CMV y EBV:
Para conocer las condiciones del paciente, de almacenamiento y de envío de la muestra y otros datos sobre las prácticas consulte al manual de prestaciones y a la extranet.
Referencias
1- Castón JJ, Cisneros JM, Torre-Cisneros J. Efectos de la infección viral en el paciente trasplantado. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2007;25(8):535-48.
2- Fishman JA, Emery V, Freeman R, Pascual M, Rostaing L, Schlitt HJ, et al. Cytomegalovirus in transplantation: challenging the status quo. Clin Transplant. 2006;21:149-58.
3- Stevens S, Verschuuren EA, Verkuujlen SA, Van Den Brule AJ, Meijer CJ, Middeldorp JM. Role of Epstein-Barr virus DNA load monitoring in prevention and early detection of post-transplant lymphoproliferative disease. Leuk Lymphoma. 2002;43:831-40
4- PCR en tiempo real, una herramienta en el paciente trasplantado. Dra. Carolina Rodríguez. Revista Bioanálisis. Jul-Ago 2006.
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