El dolor que se desarrolla después de realizar ejercicio extenuante se debe al daño muscular inducido por el ejercicio, este daño muscular se denomina rabdomiólisis, que representa una ruptura, en ocasiones severa, del músculo esquelético, liberando sustancias de carácter tóxico al torrente sanguíneo, que pueden llevar a alteraciones en la función orgánica. Este daño muscular se presenta clínicamente la mayoría de las veces como dolor muscular, el cual no es motivo de consulta frecuente y típicamente resuelve sin complicaciones serias, únicamente siendo evidente complicaciones más severas (las cuales eran poco frecuente) en algunos reportes. Sin embargo las nuevas tendencias de nuestra sociedad a ejercicios intensos como el spinning, crossfit, running, etc. ha producido un incremento en la frecuencia de aparición de este síndrome.
La mayoría de las personas que han realizado cualquier actividad física sea competitiva o recreativa, han experimentado alguna vez, formas leves de rabdomiólisis como dolor o molestia muscular, esto es debido al daño muscular ocasionado por el ejercicio, que aumenta en proporción a la intensidad de la actividad física realizada y que se presenta en los días siguientes a la realización de este. La actividad muscular asociada a ejercicios extenuantes esporádicos como el ejercicio militar y la maratón están asociadas a rabdomiólisis. Entre más intenso o prolongado el ejercicio, se incurrirá en más daño, resultando en liberación de sustancias intracelulares al torrente sanguíneo, lo cual origina alteraciones en las funciones orgánicas si se presenta de manera severa. Entre los deportes más frecuentes en desarrollar este síndrome encontramos el spinning, crossfit, maratón, remo, running, footing, alpinismo, halterofilia y fisicoculturismo (1, 2, 3 ,4).
Además del ejercicio existen otras causas de rabdomiólisis como ser: traumatismos, los cuales están asociados a accidentes laborales; corriente eléctrica, las lesiones por alto voltaje y rayos pueden causar rabdomiólisis; hipertermia, las temperaturas muy altas pueden condicionar daño muscular, miopatías metabólicas, frecuente en niños con defectos metabólicos de la glucosa, glucógeno, lípidos y nucleósidos; infecciones, como las piomiocitis; drogas y toxinas, dentro de las cuales encontramos alcohol, cocaína y estatinas de las cuales en esta última la rabdomiólisis es un efecto adverso muy conocido y estudiado (5).
En cuanto a la fisiopatología de la rabdomiólisis, el mecanismo mejor descrito es la disminución intracelular de ATP. Cuando la célula muscular estriada sufre una agresión ante una situación de isquemia, alteraciones metabólicas o electrolíticas, se produce un descenso del ATP en el sarcoplasma, originando un descenso en la actividad de las bombas ATP dependientes (Na/K ATPasa, Na/Ca ATPasa) las cuales mantienen un equilibrio eléctrico. Esta alteración da lugar a un aumento del sodio y del calcio intracelular. El aumento del sodio deriva en un edema intracelular y el aumento del calcio aumentará la actividad de las lipasas (fosfolipasa A2) y proteasas la cuales originan radicales libres. Todo esto lleva a la lesión del sarcolema con la consecuente salida de elementos al torrente sanguíneo: CPK, mioglobina, LDH, aldolasa, K y fósforo fundamentalmente. Por otra parte el músculo dañado es invadido por neutrófilos activados los cuales liberan proteasas y otras sustancias las cuales ayudan a producir la necrosis muscular. La principal complicación que se origina en una rabdiomiólisis severa es sin lugar a dudas la insuficiencia renal aguda por mioglobinuria. Esta falla renal es causada principalmente por: vasocontricción renal secundaria a la depleción del volumen extracelular, formación intratubular de cilindros los cuales se forman por interacción de la mioglobina con proteínas secretadas por el túbulo renal y el efecto nefrotóxico directo de la mioglobina la cual al ser reabsorbida, en grandes cantidades, por las células del túbulo proximal son metabolizadas en el citoplasma generando grandes cantidades de radicales libres que dañan dicha célula (6, 7).
El diagnóstico bioquímico de la rabdomiólisis se basa en detectar en suero grandes cantidades de enzimas y analitos característicos de la célula muscular (8). La mioglobina es rápidamente eliminada y metabolizada por esta razón la medición de mioglobina en suero y en orina no es una prueba diagnóstica sensible, los mejores marcadores musculares son sin lugar a dudas la CPK, la cual puede aumentar a valores de hasta 500.000 U/dl, LDH, ALDOLASA, y AST. Tenemos también otros parámetros analíticos, que si bien no son específicos de la célula muscular ayudan a corroborar el diagnóstico de rabdomiólisis. Encontraremos niveles aumentados de: lactato, creatinina, fósforo, ácido úrico, potasio y niveles disminuidos de calcio y albúmina cuando es un cuadro grave. Una vez establecido el diagnóstico, el tratamiento consistirá en un aporte de líquidos que se van administrando en las dosis adecuadas y siguiendo la disminución de la concentración de CPK. Por lo tanto el papel del laboratorio es crucial en el diagnóstico y seguimiento de este síndrome y de sus complicaciones así como para la monitorización del tratamiento.
Para conocer las condiciones del paciente, de almacenamiento y de envío de la muestra y otros datos sobre las prácticas consulte al manual de prestaciones en la extranet.
Bibliografía
1- Melo Moreno Carlos Enrique. Comportamiento de los marcadores de rabdomiólisis después de un evento de ejercicio aeróbico submaximal en entrenados y sedentarios. Anales de Med. Interna. Feb 2002; v4:56-65.
2- Parmars S, Chauham B, Dubose J, Blake L. Rhabdomyolysis after spin class? J Fam Pract. 2012 Oct; 61(10):584-6
3- Pearcey G, Bradbury Squieres D, Power KE, Behm DG, Button DC. Extertional rhabdomyolysis in an acutely detrained athlete/exercise physiology profesor. Clin J Sport Med. 2013 Nov; 23(6):496-8
4- Szcepanik ME, Heled Y, Capacchione J, Cambell W, Deuster P, O´Connor FG. Exertional Rabdomyolysis: Identification and evaluation of the athlete at risk for recurrence. Curr Sports Med Rep 2014 Mar-Abr; 13(2):113-9
5- Zimmerman JL, Shen MC. Rhabdomyolysis. Chest. 2013 Sep;144(3):1058-65.
6- Bosch Xavier, Poch Esteban, Grau Josep M. Rabdomiólisis e insuficiencia renal aguda. N Engl J Med. 2009:361:62-72.
7- Shelmandine BD, Baltensperger A, Wilson RL, Bowden RG. Rhabdomyolysis and acute renal failure in a sickle cell trait athlete: a case study. Clin J Sport Med. 2013 May; 23(3): 235-7
8- Nogueira Salguiro Patricia, Rodríguez González Teresa, Medina M Pino Alfonso. El papel del laboratorio en la rabdomiólisis. Curso de formación continuada a distancia 2011-2012 de la Asoc. Española de Biopatología Médica.2011; 559-581.
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