John Gurdon, hace 50 años realiza un descubrimiento científico fundamental y Shinya Yamanaka, lo complementa en el año 2006. Ambos obtienen el premio Nobel de Medicina 2012 con diferencia notable de tiempo entre uno y otro aporte. Es habitual que esto ocurra ya que de ninguna manera este Premio se da a un hallazgo fortuito, u ocasional, sino que se procura juzgar la trayectoria científica y su dedicación a las ciencias en los galardonados, y trata básicamente de distinguir a aquellos que modificarán sustancialmente los progresos y los beneficios que la aplicación de sus hallazgos producirán en cuanto a la Salud Humana y su contexto, como calidad de vida. En éste caso ambos convergieron a un mismo fin, ampliar el horizonte de la genómica, lo que seguramente traerá en el futuro enormes progresos en el sentido señalado.
King y Briggs, en 1880 estudiaron el trasplante de núcleos de células en diferentes estadios en la conversión de un huevo de rana (pipiens, que es una rana americana) en renacuajos. Lo que hacían era tomar el núcleo de células en diferentes estadios del desarrollo embrionario de la rana americana y lo transferían a un huevo no diferenciado después de quitarle el núcleo. Estos científicos vieron que era posible conseguir que los huevos con núcleos trasplantados se convirtieran en ranas adultas. Sin embargo, sólo lo consiguieron cuando lo que trasplantaban eran núcleos procedentes de células en los estadíos embrionarios prematuros. Cuando extraían el núcleo de células ya diferenciadas y lo trasplantaban, no se desarrollaban nuevos individuos. En 1962, John Gurdon, demostró que si se aislaba el núcleo de una célula del intestino de un renacuajo y se lo inyectaba en un ovulo de rana, al que previamente se había despojado de su propio núcleo, se desarrollaba un renacuajo completo. Es decir, la célula intestinal aunque estaba diferenciada, tenía la copia de todas las instrucciones para desarrollar un individuo completo. Dos años después de doctorarse y con veinte años, Gurdon demostró así que el material genético de las células no es irreversible, es decir, que éstas mantienen toda la información genética original y pueden reprogramarse, contrariamente a lo que se pensaba hasta entonces. Con los años, es considerado por muchos como el “padrino de la clonación”, ya que de eso se trató su hallazgo, que más de 30 años después, en 1997 llevaría a Sir Ian Wilmut a lograr el nacimiento de una oveja adulta, la famosa Dolly, mediante la introducción en una célula huevo de oveja sin núcleo, el núcleo de otra, proveniente de la glándula mamaria de una oveja adulta.
John Gurdon, en 1972 comenzó a trabajar en Cambridge, iniciando una unidad de embriología molecular. Con los años, se convirtió en el Wellcome/CRC Institute for Cell Biology and Cancer, hoy la Universidad decidió rebautizarlo con su nombre.
El japonés Shinya Yamanaka, actualmente director del Centro para la Investigación y la Aplicación de Células iPS de la Universidad de Kioto, nació el mismo año en que Gurdon publicara los resultados mencionados. Se dedicó a estudiar las células madres embrionarias. Cuando la célula huevo comienza a dividirse, produce células que constituyen los primeros estadios del embrión. Durante un tiempo, las células producto de esas divisiones conservan sus dos propiedades características: la de proliferar dividiéndose activamente y la capacidad de dar origen a cualquier célula del organismo, es decir, su pluripotencia.
Yamanaka pensó que podría producir células que se comportaran como células madre embrionarias a partir de las células especializadas del mismo individuo adulto. Su idea era “reprogramar” células adultas, en su caso usó las de la piel, dotándolas de propiedades similares a las de las células madres embrionarias. Debieran existir entonces moléculas específicas (identificados por el autor como cuatro factores embrionarios específicos), que indican a cada tipo celular, cual programa genético debe seleccionar de la célula adulta, para reprogramarlas y volverlas a un estado similar a las que tenían cuando componían el embrión recién fertilizado. Estos resultados fueron luego confirmados utilizando el trasplante del núcleo de células intestinales de ranas adultas.
A partir de embriones humanos, fueron aisladas en 1998 células, lo que señaló un enorme potencial para la medicina. El descubrimiento de Yamanaka en 2006 deja obsoleto el uso de las células madre embrionarias humanas, cuya obtención y manipulación con fines de investigación plantea problemas éticos, y en uso con fines terapéuticos serían rechazadas al provenir de otro individuo. Prácticamente descubrió, en otros términos, la posibilidad de revertir a la célula adulta a un estado similar al de las células madre. Surgieron así las células iPS (células madre pluripotentes inducidas, del inglés “induced Pluripotent Stem”) caracterizadas por la capacidad de multiplicarse y por la potencialidad de generar todos los tipos celulares.
Estos hallazgos, tanto el de Gurdon como el de Yamanaka, abren insospechados caminos de investigación para lograr una mejor identificación, sobre todo genética, de muchas enfermedades que afectan al ser humano, incluso para procurar su tratamiento. Ya se han producido publicaciones innumerables desde los hallazgos de Yamanaka, para reprogramar células adultas dando argumentos y material de investigación a lo que hoy se conoce como “medicina regenerativa”, disciplina que ofrece posibilidades impensadas que los avances científicos seguramente irán revelando cuando transcurran los años.
Venga al caso mencionar aquí lo que señaló Yamanaka en 2009 al recibir el prestigioso Premio Lasker: “La ciencia es un proceso que nos permite descorrer los múltiples velos que cubren la verdad. Cuando los científicos levantan un velo, a menudo, terminan por encontrar uno nuevo. Sin embargo, cuando uno de ellos es afortunado, al quitar un velo a veces puede entrever la verdad. Pero es preciso ser consciente de que cada velo que se descorre es igualmente importante, por lo que no es justo que sólo el afortunado sea reconocido”.
Oscar Fay, Octubre de 2012
* Infografía publicada en el diario La Nación del Martes 09 de Octubre de 2012 en el artículo: Nobel de Medicina para estudios en células madres.